¿Por qué se cae el cabello?
El cabello puede perderse por causas muy variadas. Entre ellas encontramos ciertos déficits nutricionales, trastornos hormonales, anemias, medicamentos, infecciones, estrés, etc.
La causa más común en el ser humano, y la única que trataremos aquí, es la llamada alopecia androgenética.
Alopecia Androgenética
Se caracteriza por el afinamiento y pérdida progresiva de cabello en la zona frontal, sienes y coronilla en hombres, y en la porción superior del cuero cabelludo en la mujer. Un derivado de la hormona masculina llamado dihidrotestosterona (DHT) envía un mensaje dentro de la células que desencadena el proceso de miniaturización progresiva de los cabellos (el pelo crece cada vez más fino, corto y débil) hasta que finalmente desaparecen por completo y no vuelven a crecer. Las drogas que inhiben la transformación de la testosterona en DHT son útiles para el tratamiento de este tipo de calvicie.
La sensibilidad del cabello a la DHT está determinada genéticamente y varía de una persona a otra. Se hereda tanto de madre como de padre de una forma difícil de predecir. El cabello de la zona posterior y lateral de la cabeza es menos sensible a la DHT, no sufre la acción hormonal, y prácticamente no se miniaturiza ni se cae.
La alopecia androgenética no se evita mejorando la irrigación de las zonas afectadas ni usando suplementos vitamínicos o aminoácidos. Algunos fármacos como el minoxidil y el finasteride han demostrado ser útiles para prevenir la caída y recuperar folículos parcialmente debilitados. No obstante, los fármacos no son capaces de recuperar folículos severamente debilitados (miniaturizados) ni cabello perdido.
El microimplante es la única forma de recuperar pelo perdido, trasladando pelo sano y vital de zonas donde crece fuerte a zonas despobladas.
Debido a que en un mismo individuo se encuentran folículos con diversos grados de afección, el enfoque combinado fármaco-quirúrgico suele ser adecuado en la mayoría de los casos.